¿Qué nos dicen los satélites sobre los incendios en Caracas y Miranda?

Por Helena Carpio


En lo que va de 2020 Venezuela es el país con más incendios de Sudamérica, según datos del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales de Brasil (INPE). El 36% de los incendios registrados en el continente hasta abril han ocurrido en Venezuela

Abril ha sido el peor mes en Distrito Capital y Miranda. En los primeros 14 días de abril de 2020 se quemaron cerca de 289 kilómetros cuadrados, un espacio equivalente a la ciudad de Valencia, incluyendo sus 14 parroquias o 22 veces el municipio Chacao. En esas dos semanas hubo la misma cantidad de incendios que en todo el mes de abril de 2012, 2013, 2014 y 2015, combinados.

Prodavinci analizó veinte años de data de incendios registrada por dos instrumentos satelitales de la Agencia Espacial Norteamericana (NASA): MODIS y VIIRS. Separamos los incendios del Distrito Capital y el estado Miranda, por municipio, y buscamos tendencias. 

1. Los meses con más incendios en Distrito Capital y Miranda son marzo, abril y mayo

Marzo, abril y mayo son meses de sequía. La vegetación está seca y las áreas naturales son más vulnerables a los incendios.  

En este mapa interactivo y animado, se pueden ver 29.687 incendios detectados por el sensor VIIRS entre el 1 de enero de 2012 y el 14 de abril de 2020 en Distrito Capital y Miranda. Con el signo de + y - en la esquina inferior izquierda, puede hacer zoom. Arrastrando el mouse, puede desplazarse en el mapa y buscar lugares. Si vive en Miranda o Distrito Capital, encuentre su urbanización o comunidad. Podrá ver la evolución de incendios en los últimos ocho años. 

Cada punto rojo representa 0,14 kilómetros cuadrados, el equivalente a 17 canchas de fútbol profesional.

En el bloque inferior se ve el número de incendios por mes, acumulado en barras rojas. Las más altas, son los meses con más incendios, que corresponden a la sequía. Arrastrando la barra negra puede ver uno o varios meses a la vez.

Un incendio necesita tres elementos para existir: oxígeno, combustible y una llama. La vegetación verde y húmeda no es buen combustible. Pero cuando hay deficiencias hídricas, es diferente. Las hojas y troncos se secan, y se convierten en el combustible perfecto. 

También hay ecosistemas más vulnerables a incendios que otros. Las sabanas se queman más que los bosques. La conducta del fuego está muy influenciada por la inflamabilidad del combustible que se esté quemando. Dependiendo de qué especie de árbol, gramínea o matorral, se queme, la intensidad de propagación y temperatura del fuego va a ser diferente. La lluvia, humedad y temperatura, también influyen. 

La gramíneas, comunes en sabanas y herbazales, alimenta la mayoría de los incendios en el planeta. En Caracas y en el estado Miranda, hay mucho pasto: en las faldas del Ávila, los valles de Barlovento y las planicies de Higuerote y Mamporal, entre otros lugares. Se queman rápido porque son planas y largas. Tienen mayor superficie por volumen: hay más espacio para que cada hoja entre en contacto con el calor. Se secan rápido. El relieve ondulado de las sabanas también ayuda a que el fuego se propague. 

Las gramíneas crecen rápido y tienen ciclos de vida cortos. Son buen combustible, entonces perpetúan ciclos de más incendios, más pasto, más incendios y más pasto. Poco a poco los pastizales, altamente inflamables, ocupan más espacios.  

Solo hace falta una chispa. 

2. Abril es el peor mes en incendios y abril de 2020 es el peor en los últimos veinte años

En las dos primeras semanas del mes hubo 2.066 focos detectados por VIIRS en Caracas y Miranda. Casi lo mismo que todo el mes de abril de 2012, 2013, 2014 y 2015, combinados. 

Este gráfico interactivo visualiza el número de incendios detectados durante los primeros 14 días de abril, de 2012 a 2020, usando datos de VIIRS. Cada año tiene un color. 

El año que más se acerca al 2020, es el 2019. Durante todo el mes de abril de 2019 se detectaron 2.409 incendios. En solo dos semanas, abril de 2020 registró 2.066 focos. 

El sensor MODIS refleja la misma tendencia. 

En este gráfico se ven incendios detectados del 1 al 14 de abril de 2001 hasta 2020 en Distrito Capital y Miranda. Los focos de 2020 triplican los del 2003, el segundo peor año. Las dos primeras semanas de abril de 2020, están 588% por encima del promedio del mes durante los últimos veinte años.

Alrededor del 84% de los incendios son generados por humanos. Pero puede ser más dependiendo del país. A veces son accidentales, como la quema de basura que desencadena incendios descontrolados, una fogata desatendida, maquinaria defectuosa que hace cortocircuito, limpieza de un terreno para la agricultura o tendidos eléctricos a los que se le hace poco mantenimiento. Pero también hay incendios intencionales. 

Edgard Yerena, profesor de la Universidad Simón Bolívar, lo ha visto en Venezuela. “En la bajada de Tazón vimos un camión que se orilló. Se bajó el conductor, se acercó al monte y le prendió fuego. Luego se montó en el camión, avanzó varios metros, se paró más abajo e hizo lo mismo”. 

En 2019 hubo incendios en Siberia, costa del Ártico, la región más al norte del planeta. Los incendios cubrieron 1,7 millones de hectáreas, según Greenpeace. Después de una investigación, las autoridades dijeron que humanos los prendieron a propósito. Querían esconder rastros de tala ilegal. 

Yerena trabajó en el Instituto Nacional de Parques (Inparques) de 1985 a 1994. En la USB investiga áreas protegidas, especialmente los parques nacionales venezolanos. “Hay una anécdota conocida de cuando EDELCA, la empresa que estaba encargada del sector hidroeléctrico en Guayana, tenía su programa de control y prevención de incendios en la cuenca del Río Caroní. En la Gran Sabana, se decía que los niños y adolescentes prendían fuego porque querían ver llegar al personal que venía a apagarlos en helicóptero; les parecía divertido”. 

De 1,5 millones de incendios registrados entre 1992 y 2012 en Estados Unidos, la gente causó 1,2 millones; el 84%, según un análisis de la Universidad de Colorado. El estudio concluyó que acciones humanas han ampliado la extensión y duración de los incendios. La temporada de fuegos se triplicó entre 1992 y 2012. Duraba 46 días, pero en 2012 duró 154. 

El resto de los incendios, un porcentaje muy pequeño, ocurren por causas naturales. Los relámpagos o tormentas eléctricas son la más importante, especialmente en latitudes templadas. En los trópicos ocurren muy poco; son extremadamente raras.

Además de estos factores humanos y naturales, hay un agravante: el cambio climático. Cada año, a medida que se intensifica y se extiende la sequía, empeoran los incendios. Son más intensos, frecuentes y están en más sitios.

3. El 2016 fue el peor año en los últimos ocho, seguido por 2020

La NASA tiene un programa dedicado al monitoreo de incendios. Se llama “Información de incendios para el Sistema de Manejo de Recursos”, o FIRMS, por sus siglas en inglés. Los dos productos principales son MODIS, o “Espectrorradiómetro de imágenes de media resolución”, y VIIRS, el “Radiómetro de Imágenes en el infrarrojo visible. Ambos son sensores de teledetección (que observan la tierra) a bordo de satélites. Captan datos, que luego son procesados por algoritmos y convertidos en información. 

MODIS es más antiguo. Terra, el primer satélite en llevar un sensor MODIS a bordo, entró en órbita en 1999. El segundo satélite, Aqua, comenzó a registrar incendios en noviembre del 2000. VIIRS registró su primera imagen en noviembre de 2011, a bordo del satélite Suomi-NPP. El segundo satélite con VIIRS, NOAA-20, despegó de la tierra el 18 de noviembre de 2017

Este mapa interactivo muestra los focos registrados por VIIRS entre el 1 de enero de 2013 y el 14 de abril de 2020 dentro del Distrito Capital y Miranda. Cada año está señalizado por un color diferente. Puede seleccionar los años que quiera ver en el mapa -uno o varios a la vez- haciendo click en la leyenda. En el margen derecho, puede ver los totales por año. También puede posarse sobre cada punto para ver más información: cuándo (día, mes, año) y dónde (latitud, longitud, municipio y estado) ocurrió el incendio. 

Haga zoom con el signo de + y - en la esquina inferior izquierda. Busque urbanizaciones, comunidades, parques o avenidas, arrastrando el mouse. En el mapa puede ver todos los incendios registrados en los últimos siete años. 

MODIS y VIIRS captan la energía emitida y reflejada desde la superficie del planeta. Por eso los puntos de data que registra se llaman “focos de calor” o “puntos de calor”. Los sensores detectan focos que emiten altas temperaturas. 

Cuando el sensor está sobre una región del mundo, escanea la superficie. Y cuando detecta un foco que emite 400 grados centígrados, MODIS lo registra. VIIRS tiene mejor resolución de temperatura, Puede captar incendios a partir de 300 grados centígrados -incendios menores o menos intensos-. Pero hay otras diferencias entre ambos sensores. 

Roberto Rivera Lombardi tiene veinte años usando datos de sensores remotos para estudiar incendios forestales. Es profesor e investigador del Instituto de Geografía de la Universidad Central de Venezuela y tiene un doctorado en Percepción Remota en el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales de Brasil (INPE). Su trabajo se enfoca en analizar y cuantificar áreas quemadas usando imágenes satelitales.    

“VIIRS tiene una gran ventaja” dice Roberto. Tiene mejor resolución espacial. Un píxel registrado por MODIS equivale a 1 kilómetro cuadrado en el terreno. El píxel que registra VIIRS, mide 375 metros por 375 metros, explica. “La detección es más precisa”. Lo máximo que puede detectar cada píxel de MODIS es un incendio por kilómetro cuadrado. “Si el satélite detecta un foco de calor en un kilómetro cuadrado, se prende el píxel. No importa si el incendio mide 100 o 500 metros cuadrados. No puedes saberlo”. El píxel de VIIRS es más pequeño; tiene mayor resolución espacial. Cada uno equivale a 0.14 kilómetros cuadrados. Esto significa que un píxel de MODIS, equivale a 9 píxeles de VIIRS, aproximadamente. Donde MODIS registra un incendio, VIIRS puede detectar diez. 

Este mapa usa datos MODIS y datos VIIRS para el año 2016. Haga click en la leyenda para seleccionar ambos y ver cómo se relacionan, o para ver cada uno por separado. También puede hacer zoom con el signo de + y - en la esquina inferior izquierda. Busque urbanizaciones, comunidades, parques o avenidas, arrastrando el mouse. 

La resolución temporal también es importante. Es el tiempo que demora un satélite en pasar por el mismo punto del planeta. MODIS y VIIRS pasan cada 12 horas. Toman dos registros al día de cada punto. Esto influye en la detección de focos. Si un incendio comenzó a las cuatro de la madrugada y terminó a las 2 de la tarde, y el satélite pasaba a las tres (de la madrugada y de la tarde), no lo registró. Mientras mayor frecuencia temporal, mayor probabilidad de detectar incendios.  

Pero MODIS y VIIRS tienen sus limitaciones. “No son un procedimiento confiable para cuantificar área quemada, son una manera de dar alerta sobre posibles incendios que están ocurriendo”, dice Rivera. 

4. Los municipios más afectados por incendios son Acevedo, Paz Castillo y Pedro Gual

Los tres municipios más afectados de Miranda suman el 36% de los incendios entre 2012 y 2019, de acuerdo a la data registrada por VIIRS. En este gráfico interactivo se ven los incendios en cada municipio. Cada color representa el total de focos en un año. 

El municipio Acevedo tiene más del triple de incendios que el promedio. 

Acevedo es el municipio más grande en extensión del estado Miranda, queda en la región de Barlovento, y la ciudad más poblada es Caucagua. Pero una porción considerable del municipio está dentro del Parque Nacional Guatopo, que registra pocos incendios. 

En el siguiente mapa, puede ver todos los incendios dentro de Acevedo, Paz Castillo y Pedro Gual, desde enero de 2012 hasta abril de 2020. Las áreas verdes son Parques Nacionales. En el margen derecho hay contadores de focos por municipio. Son dinámicos: cuantifican lo que está viendo en el mapa. 

9% de los focos en Acevedo de los últimos ocho años, están dentro del Parque Nacional Guatopo. El año con más focos en Acevedo dentro del parque, fue el 2019 con 86 incendios detectados. Pero el 2020 está cerca. Solo en tres meses acumuló 76.

Deforestar y quemar la frontera de los parques nacionales es común en regiones con sistemas de vigilancia forestal débiles. Comunidades buscan ampliar su área de siembra, ganadería o asentamiento. Talan y queman para eliminar el bosque y cambiar el uso de las tierras. 

Los bosques húmedos no se queman fácilmente. Pero cuando los humanos deforestan, cambian los niveles de humedad e intervienen el balance que hay entre plantas, animales, hongos y bacterias, que se adaptaron a vivir en esas condiciones específicas. 

En los bordes de la Amazonía brasileña, hay altos índices de deforestación. Agricultores y ganaderos talan árboles para vender la madera, tener más espacio para el ganado o para sembrar. Esto degrada parches del bosque. Árboles grandes que requieren mucha agua, mueren y caen. Los troncos se acumulan, pero crecen menos hongos porque hay menos humedad. Las hojas secas y los troncos muertos tardan más en descomponerse. Crece la cantidad de combustible.  

Para despejar el bosque, algunas personas lo queman. Con tanto combustible acumulado, los incendios se salen de control rápidamente. Eso fue lo que pasó en la Amazonía en el 2019. Imágenes satelitales muestran una correlación causal entre la deforestación y los incendios. Ocurren en el mismo lugar. Las zonas deforestadas son más factibles de incendiarse. 

5. Dentro del Distrito Capital y Miranda, el Parque Nacional Guatopo es el más afectado por incendios

VIIRS detectó casi dos mil incendios (focos de calor) dentro del Parque Nacional Guatopo entre enero de 2012 y abril de 2020. De estos, 33% ocurrieron en el municipio Lander, 24% en el municipio Simón Bolívar y 21% en Independencia. 

Dentro del mapa, cada año está señalizado por un color. Puede seleccionar los años que quiera ver en el mapa -uno o varios a la vez- en la leyenda. Las áreas verdes son los Parques Nacionales Guatopo, Waraira Repano y Macarao. 

Seleccionando el signo de + y - en la esquina inferior izquierda, y arrastrando el mouse, puede desplazarse por el territorio y buscar comunidades, parques o avenidas. 

"En el sector occidental de Guatopo es lógico que hayan incendios. El parque colinda con zonas urbanas de Santa Teresa del Tuy y de Ocumare del Tuy", dice Yerena. Hizo su tesis de biología en Guatopo. Analizó el parque para entender cómo protegerlo. "A veces los incendios penetran el parque desde afuera, otras veces son provocados por los ganaderos, y otras, por el tendido eléctrico que lo atraviesa".

El Parque Nacional Macarao es el segundo afectado. Tuvo 369 incendios en los últimos ocho años. La mitad (179), ocurrió durante los primeros cuatro meses del 2020. 

Este mapa tiene todos los focos VIIRS dentro de Macarao en 2016 y 2020, los dos peores años. En el margen derecho puede ver los totales por año. También puede ver los totales por mes de 2020, de enero a abril. En abril solo están contados focos en las primeras dos semanas.

Este gráfico visualiza el total de focos por Parque Nacional. Cada color representa un año. Haga click o pose el mouse sobre cada franja para ver el total de focos. 

6. El número de focos dentro de Distrito Capital y Miranda está aumentando

En los últimos tres años y medio hay más incendios en Distrito Capital y en el estado Miranda, que en los primeros ocho años de la década combinados, según datos MODIS. 

Aunque en veinte años han mejorado los sensores y algoritmos de detección de incendios -ofreciendo una explicación alternativa para el aumento de registros-, hay una tendencia mundial comprobada. Según la NASA, las temporadas de incendio se están extendiendo y los incendios están afectando cada vez más superficie terrestre

El clima del planeta está cambiando. Altas temperaturas y baja humedad son dos factores esenciales que aumentan los riesgos de incendios. Lo hacen de forma directa, intensificando las sequías. Y de forma indirecta, creando sistemas convectivos que resultan en más tormentas eléctricas. Más rayos, generan más incendios.     

La data mundial registrada por satélites es un recurso valioso para entender procesos a gran escala. Los investigadores usan esta información para monitorear sistemas climáticos y crear modelos computarizados de predicción. 

Este gráfico muestra el total de focos detectados por MODIS por año. La línea amarilla es la tendencia de crecimiento. 

Esta tendencia global tendrá consecuencias importantes. 

Los incendios, además de aumentar por el cambio climático, también pueden afectar el clima mundial. Cuando las partículas de carbón marrón, que están el humo de incendios vegetales, suben a la parte alta de la atmósfera, interfieren con los rayos solares. A veces enfrían el aire y a veces lo calientan. Además, los incendios emiten grandes cantidades de dióxido de carbono y otros gases invernadero, que contribuyen con aumentar la temperatura de la tierra. 

Los incendios también interrumpen el servicio eléctrico. Un tendido puede iniciar un incendio en la vegetación, pero el fuego también causa fallas en el suministro. Pero este no es el único servicio público afectado. 

En el caso de EDELCA, el objetivo del programa de control y prevención de incendios en la cuenca del Caroní, no necesariamente era por conservación ambiental. Querían proteger los embalses de agua. Las raíces de las plantas evitan la erosión. Aguantan la tierra. Cuando la vegetación se quema y muere, la erosión se acelera. Mayor erosión en las cuenca significa más sedimentos en los ríos. Y estos sedimentos fluyen hasta los embalses, acumulándose. Un embalse sedimentado tiene menos espacio para el agua. Además, los sedimentos pueden dañar los equipos que generan electricidad o tapar las tuberías que transportan el agua a los hogares. Los incendios afectan el abastecimiento de agua.      

“El efecto de incendios en los servicios públicos está invisibilizado en la discusión pública” dice Yerena. “En Venezuela tampoco hablamos sobre el impacto en la salud”. 

Más incendios vegetales significan más humo. Las pequeñas partículas de materia (PM2.5, partículas menores a 2.5 micrones) que están suspendidas en el humo, penetran los pulmones y pueden generar asma, irritación e inflamación del sistema respiratorio y aumentan el riesgo de infecciones respiratorias como pulmonía

Pero el sistema inmune también sufre y los niños son especialmente vulnerables. Un estudio de la Universidad de Stanford examinó muestras de sangre de 36 niños que estuvieron expuestos al humo de los incendios de Fresno, California, en 2015. Encontraron cambios en un gen importante que actúa en el desarrollo y funcionamiento de las células T, un tipo de linfocito que activa respuestas inmunológicas. Estos niños tenían menos capacidad de producirlas. 

“Los incendios de vegetación son un problema ambiental serio”, dice Yerena. Cree que los programas de control de incendios están fuera de la vista de los políticos y de la gente. 

“En Venezuela siempre hablamos de contaminación de las aguas o de deforestación, pero los incendios afectan la calidad de vida, el suministro de agua y luz, la salud respiratoria y mental, la biodiversidad y los ecosistemas”, sostiene. “Afectan mucho a la vez”. 


Agradecimientos a Roberto Rivera y Edgard Yerena.


Créditos

Dirección general: Ángel Alayón y Oscar Marcano

Jefatura de investigación: Valentina Oropeza

Jefatura de diseño: John Fuentes

Jefatura de innovación: Helena Carpio

Dirección de Fotografía: Roberto Mata

Texto: Helena Carpio

Edición: Ángel Alayón, Oscar Marcano y Valentina Oropeza

Recopilación, análisis y visualización interactiva de datos: Helena Carpio

Desarrollo y montaje: Helena Carpio

Fotografía: Yuri Cortez | AFP

Redes sociales: Salvador Benasayag


Caracas, viernes 24 de abril de 2020