Nueva Esparta

Una isla sedienta

El tramo terrestre del Acueducto Luisa Cáceres de Arismendi está roto en la isla de Margarita. Fotografía de Iñaki Zugasti

El tramo terrestre del Acueducto Luisa Cáceres de Arismendi está roto en la isla de Margarita. Fotografía de Iñaki Zugasti

Nueva Esparta recibe agua dulce a través de dos sistemas instalados en el estado Sucre: el acueducto Luisa Cáceres de Arismendi, conectado al embalse de Clavellinos, y el sistema Turimiquire. Es la única isla del Mar Caribe que se abastece desde tierra firme. Las autoridades dijeron en 2016 que Clavellinos quedó inoperativo debido a la sequía. Pero, reportes de Hidrocaribe muestran que, independientemente de las condiciones climáticas, las fugas y las tomas ilegales en acueductos y tuberías disminuyen el suministro de agua que recibe la isla.

Hidrocaribe anunció en Twitter, el 23 de febrero de 2016, que los margariteños recibirían agua cada 21 días. El tuit se eliminó y, el primero de marzo, se publicó un ciclo de suministro de 14 días. Pero, los habitantes de la isla aseguraban que el agua llegaba una vez al mes por algunas horas.

En enero, marzo y agosto de 2016, Hidrocaribe organizó la distribución de agua en Nueva Esparta en tres bloques. El primero agrupó los municipios Maneiro, Arismendi y Antolín del Campo. El segundo a Díaz, Gómez, Marcano, Tubores y Península de Macanao. El tercero a García y Mariño. A cada bloque se le asignaron entre 96 y 120 horas de agua cada 10 o 14 días, que fueron fraccionadas entre los municipios en horarios diferentes. A su vez, las horas de servicio se dividieron entre los sectores. 

Los planes de racionamiento de Nueva Esparta fueron homologados y ajustados a una escala en la que se podía estimar las horas de servicio mensuales. En promedio, las localidades del estado sometidas a racionamiento reciben agua alrededor de dos veces al mes. En general la isla recibe alrededor de 90 horas de agua al mes, equivalentes a sólo 12,5% del abastecimiento pleno mensual (720 horas).

Para solventar los problemas de abastecimiento que Nueva Esparta habría sufrido “desde hace más de 40 años”, el gobierno del presidente Hugo Chávez prometió construir el acueducto Luisa Cáceres de Arismendi, una tubería de 90 kilómetros paralela al viejo sistema de Clavellinos. El proyecto se inició en 2004 y estaba prevista su inauguración en 2010. Cuatro años después, Hidroven declaró en la Memoria y Cuenta que sólo se habían sustituido 680 metros de 11 kilómetros de la red entre Chacopata en Sucre y Coche. El tramo submarino, que se financió a través de un convenio de cooperación con Irán, aún no se ha construido.

Algunos llenaderos en la isla de Margarita no tienen agua. Fotografía de Iñaki Zugasti

Algunos llenaderos en la isla de Margarita no tienen agua. Fotografía de Iñaki Zugasti

El embalse de Clavellinos opera desde 1967. Los viejos conductos submarinos que envían agua a la isla son de acero y están recubiertos de concreto. El ingeniero mecánico Hernán Rivero, dedicado al manejo y tratamiento de aguas, advirtió que tienen muchos años y son vulnerables a roturas. Los describe como una galleta crocante que se fractura con facilidad.

La Asamblea Nacional declaró en su primer informe sobre la crisis del agua en Venezuela que el Gobierno “no prestó atención al estado de la tubería submarina, que presentaba un número considerable de fugas. Ello dio como resultado una mayor extracción del embalse de Clavellinos (de 980 a 1.600 litros por segundo) que se perdieron en el mar, producto de fugas”. La Comisión Mixta del Agua indicó que Hidrocaribe no realiza las macro y micromediciones para identificar las filtraciones y calcular la cantidad de litros que se escapan en el mar o en la aducción terrestre.

Toma ilegal en el sector Cerro Copey. Fotografía de Iñaki Zugasti

Toma ilegal en el sector Cerro Copey. Fotografía de Iñaki Zugasti

En febrero de 2018, Hidrocaribe reportó una “fuga de gran magnitud” en un conducto de hierro fundido en Chacopata. En la noche del 28 de febrero culminaron las obras y, al día siguiente, se fracturó de nuevo la reparación.

A las fugas se les suman las tomas no autorizadas para riego en los sectores aledaños a la aducción de Clavellinos. La expresidenta de Hidroven dijo ante la AN en 2016:

“Estamos conversando con toda la gente que se pega a lo largo de El Carupanero para dos cosas: una, para que usen el agua con consciencia y ponerlas en esas tomas llamadas no autorizadas, flautines, para que rieguen en las noches y no en el día y también para que no nos dañen las válvulas”. 

En Turimiquire las fugas en el Mar Caribe, el Golfo de Cariaco y Araya “impiden estabilizar el abastecimiento”, indicó Hidrocaribe en 2014. El Ministerio del Ambiente reportó 10 fugas en la red submarina ese año. En 2015 un equipo técnico de Hidrocaribe inspeccionó el acueducto para iniciar un operativo de corrección de fugas. Un año después, Hidrocaribe reconoció que se perdían en el mar al menos 420 litros por segundo.