Sistema Regional del Centro
La ruta del agua sucia
Los habitantes de los estados Aragua, Carabobo y Cojedes se quejan de que el agua que sale por el grifo huele a podrido y es amarilla. No la usan para beber ni cocinar. Proviene del Sistema Regional del Centro I y II. El gobierno de Hugo Chávez construyó en 2007 un trasvase que envía las aguas salinas y sucias del Lago de Valencia hacia los embalses que almacenan el agua para consumo. Las potabilizadoras más grandes del sistema no fueron diseñadas para tratar estas aguas contaminadas por aguas servidas. Pozos y llenaderos se han convertido en alternativas para conseguir agua.
Las autoridades ambientales discuten proyectos para frenar el ascenso del Lago de Valencia desde 1995. Diez años después, el presidente Chávez decretó la cuenca en situación de emergencia porque subió el nivel del agua y se agravó su contaminación. En 2007, se construyó el trasvase de Los Guayos, el cual pretendía solucionar el problema al sacar 3.600 litros de agua por segundo del Lago de Valencia hacia el embalse Pao-Cachinche. Sin embargo, la Contraloría General de la República (CGR) indicó en un informe en 2010 que las obras se ejecutaron sin hacer estudios previos sobre la calidad de agua.
El desvío de las aguas del Lago de Valencia ocasionó la salinización de Pao-Cachinche y Pao-La Balsa, lo que dificulta el tratamiento del agua con procesos convencionales. Los embalses también reciben los efluentes de las plantas de Los Guayos y La Mariposa I y II*, instaladas para tratar las aguas residuales de la ciudad de Valencia, capital de Carabobo.
La Contraloría advirtió que no se cumplía la filtración ni la cloración en esas instalaciones, por lo que se acumulaban residuos orgánicos con alto contenido de nitrógeno y fósforo. Comenzaron a verse cortinas de algas sobre los embalses. El proceso se denomina eutrofización y favorece la aparición de cianobacterias que pueden producir toxinas y provocar trastornos digestivos, fiebre e irritaciones de piel, oídos, ojos, garganta y el aparato respiratorio, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
*No confundir con la planta potabilizadora La Mariposa en Caracas.
En 2012, la Corporación Andina de Fomento (CAF) contrató a una empresa consultora para diseñar un programa de inversión en plantas de tratamiento. El gobierno del presidente Chávez obtuvo un préstamo de la CAF de 150 millones de dólares para financiar parcialmente el Plan de Rehabilitación y Optimización de las siete plantas de agua potable más grandes del país, entre ellas la Alejo Zuloaga, que potabiliza el agua del embalse Pao-Cachinche. Firmaron Jorge Giordani, como ministro de Planificación y Finanzas; Alejandro Hitcher, por el Ministerio para el Ambiente, y Cristóbal Francisco, presidente de Hidroven en 2012.
Un grupo de especialistas analizó las mediciones de calidad de agua de Hidrocentro. Detectaron “un aumento de la materia orgánica, de la concentración de nitrógeno amoniacal, así como del plancton y de la carga microbiana, desde que Pao recibe agua de estos trasvases”. Además, “casi el 90% del fitoplancton presente en el embalse corresponde a cianobacterias”. Las aguas de Pao-Cachinche alivian hacia Pao-La Balsa, ubicado aguas abajo. Las concentraciones de plancton también aumentaron en ese embalse.
Las cianobacterias son bacterias fotosintéticas. (...) Muchas cianobacterias producen toxinas potentes (...) y algunos de sus efectos perjudiciales específicos son daños hepáticos, neurotoxicidad y oncogenia”.
La calidad del agua no mejoró en los años siguientes. El Ministerio para Ecosocialismo y Aguas indicó en la Memoria y Cuenta de 2015 que existía un “deterioro manifiesto en las grandes instalaciones pertenecientes al Sistema Regional del Centro I y II causando variaciones de los caudales así como mayores demandas de sustancias químicas, altas pérdidas en el proceso de potabilización, daños en los equipos, afectación de la calidad y altos consumos eléctricos”.
En la página oficial de Hidrocentro no aparecen informes sobre la calidad del agua. Ese año se abrió un concurso internacional para rehabilitar las plantas de Los Guayos y La Mariposa. La hidrológica advirtió en la convocatoria que la primera no filtraba ni desinfectaba el agua antes de descargar su efluente en el río Cabriales. La segunda funcionaba parcialmente y la infraestructura estaba saturada de arena, lodo, sedimentos y maleza.
Los trasvases tampoco lograron frenar el crecimiento del Lago de Valencia. El ingeniero Germán Benedetti advierte que, en diciembre de 2017, alcanzó los 414 metros sobre el nivel del mar, seis metros por encima de la cota máxima permitida. Considera que para detener su expansión se debe reactivar el riego de cultivos de alta demanda de agua, como caña de azúcar y cambur, con un caudal de 20.000 litros por segundo.
José María de Viana, expresidente de Hidrocapital, agrega que los nutrientes en los efluentes de las plantas de tratamiento de aguas residuales serían provechosos para abonar las plantaciones. Propone detener los trasvases y las descargas de las plantas hacia la cuenca del río Pao y usar esa agua para el riego:
“La caña de azúcar necesita nitrógeno y fósforo para crecer. En vez de colocarle abono artificial, se podrían usar las aguas servidas previamente tratadas que están limpias, pero conservan ambos nutrientes porque los tratamientos primarios y secundarios no los retiran. Luego, el agua que se infiltra en la tierra tiene bajos niveles de nitrógeno y fósforo y alimenta los acuíferos de la cuenca del Lago de Valencia. Así el cultivo de caña azúcar sería la etapa final del tratamiento de aguas urbanas servidas”.
En 2017, diez años después de la inauguración del trasvase de Los Guayos, las aguas del Lago inundaron las urbanizaciones adyacentes de La Punta y Mata Redonda. El ministro de Ecosocialismo y Aguas, Ramón Velásquez, anunció en Venezolana de Televisión otra propuesta para el saneamiento y control del Lago:
“La opción más adecuada es drenar el Lago hacia la cuenca del río Pao buscando un método revolucionario. No es hacer un canal de trasvase para llevarlo y trasladar el problema de las aguas con alto contenido de nitrógeno, con alto contenido de fósforo, con mucha materia orgánica acumulada que tiene el Lago, no es verterla a otra cuenca o trasvasar el problema a otra cuenca”.
Velásquez ya presentó la propuesta al presidente Nicolás Maduro. El proyecto contempla un “trasvase ecológico” para drenar el agua del Lago de Valencia al río Pao. Sin embargo, no queda claro en qué se diferencia esta iniciativa del trasvase ya existente. El saneamiento de las aguas del sistema sigue pendiente desde 1995.
Prodavinci solicitó una entrevista con el general de brigada Miguel Sisco Mora, presidente de Hidrocentro, pero no recibió respuesta hasta la publicación de este reportaje.